jueves, 28 de junio de 2012

7 consejos para mejorar nuestra liquidez sin recurrir al banco



Se acabaron los tiempos del país de Jauja, cuando todos teníamos derecho al crédito.

Ahora, conseguir financiación en la banca es casi imposible. Digo casi porque el que tenga suficientes recursos para garantizar el crédito y pueda justificar fehacientemente que puede pagar las cuotas, ese, no tiene problemas para su obtención. Pero ¿quién está en esa situación hoy en día? Ahora ésta rara ‘avis’ escasea. Ojala se hubiese actuado así en aquellos tiempos, mejor nos iría ahora.

Hay un principio básico que nadie debería quebrantar: No cargues en las alforjas más leña de la que puedas acarrear hasta tu lugar de destino, o lo que trasladado a la economía no te hipoteques en más de lo que puedas pagar, el hacerlo conlleva un riesgo muy importante que hay que asumir.

La banca ha estado haciendo préstamos a diestro y siniestro sin reparar en que tenía más créditos concedidos que capital para hacerles frente, pensaba que todos iban a pagar, nunca pensó en lo contrario, craso error. Las Leyes tampoco contemplan este extremo, por lo que no solo las entidades de crédito tienen culpa de ello, también el Estado y, como no, nosotros mismos, por no acordarnos de las alforjas.

Como ya sabemos y en muchos casos por nuestra propia experiencia, es muy difícil conseguir crédito, por ello debemos replantearnos nuestra manera de conseguir dinero para nuestro negocio sin recurrir a la banca. Para lograr mejorar nuestra liquidez voy a citar 7 consejos que nos ayudarán a ello.

1.- Capital social

Muchos de nosotros pensamos que la constitución de una sociedad se hace con 3000€ y ya veremos como marcha. Si es así como pensamos tenemos todas las papeletas para fracasar.

El capital debe nacer de las propias necesidades del negocio y, para averiguarlo, la mejor manera es realizando un estudio de viabilidad del mismo, previo a su fundación, que deberá estar muy bien definido, ser realista y un tanto pesimista, las alegrías no son muy buenas consejeras de las finanzas. De esta forma podremos conocer cuál será nuestro capital mínimo para aguantar los embates del negocio y hasta cuándo nos podrá mantener.

2.- Analizar la viabilidad de nuestro negocio.

Parece una tontería pero hay muchísimos empresarios que no se han parado a pensar en la viabilidad de su negocio, dan por supuesto que es rentable, sin haberlo contrastado con la realidad de los números.

Lo primero que debemos hacer es analizar concienzudamente si nuestro negocio es rentable o no. En breves palabras, esto se mide analizando y comparando los ingresos y gastos anuales de ejercicios pasados y adaptándolos o extrapolándolos en el futuro. Si arrojamos pérdidas, pero éstas pueden compensarse con beneficios o con nuestro capital no hay problemas, pero si observamos que entramos en una espiral de pérdidas, o escasos beneficios y no las podemos compensar, lo mejor es ir pensando en cómo cambiar de rumbo o ir preparando la liquidación del negocio, de lo contrario el negocio nos liquidará a nosotros.

Si no se generan suficientes ingresos para cubrir gastos y generar beneficios ¿para que se quiere el negocio?, es absurdo echar el dinero a un pozo sin fondo. Ésta es la realidad.

3.- Involucrad a todos los partícipes

Todos los partícipes de la empresa, socios, directivos, trabajadores, todos ellos deben ser conscientes de la importancia que tiene nuestra empresa, es la fuente de la cual comemos, vestimos, pagamos hipotecas, etc. por ello hay que comprometer a todos en una causa común: La viabilidad de nuestra empresa, tanto económica como financiera.

Para ello hay que hacerles partícipes de las necesidades e involucrarles en las tareas o áreas en las que participan y en las que no lo hacen, la empresa es un todo. Por supuesto, hay que enseñarles como pueden ayudar a contribuir a la causa común.

4.- Controlar nuestro stock

Los stock de mercancías son una de las principales partidas donde van destinados nuestros recursos financieros, por ello hay que controlarlos hasta el más mínimo detalle. Hay que buscar el equilibrio entre stock y tesorería. Lo ideal es tener las menores existencias posibles y que no perjudiquen las ventas.

También cabe la posibilidad de negociar con nuestro proveedor el que utilicemos nuestro almacén como su depósito, e ir pagando las mercancías a medida se vayan vendiendo, de esta manera no habría capital invertido en existencias, con la consiguiente liberalización de recursos  financieros. Ante la reticencia de nuestro proveedor a ésta formula podríamos valorar el ofrecimiento de alguna garantía, por el valor depositado. Más vale pagar un pequeño porcentaje en concepto de interés por la garantía que una descapitalización por el pago de la compra de mercancías.

5.- Controlar nuestros cobros y pagos

El control de los cobros y pagos es otro pilar fundamental en una tesorería, normalmente no coinciden éstos con los ingresos o gastos, que son conceptos contables y difieren de los otros en el tiempo. Lo idílico es cobrar al contado, si lo conseguimos y funciona tenemos uno de los mejores negocios, pero esto no es lo habitual.

Para conseguir una optimización de los cobros y pagos existen innumerables actuaciones que podemos llevar a cabo, entre las más importantes
  •  Revisar y hacer seguimiento de las condiciones de pagos y cobros.
  • Mantener a raya las cuentas a cobrar y evitar impagados a toda costa.
  • Concienciar a los vendedores que el cobro forma parte sustancial de la venta y que una no se da sin la otra.
  •  Mejorar los precios de venta a nuestros clientes en caso de pago contado o corto plazo, menos de 30 días.
  •   No vender a crédito a quien incumple sus compromisos.
  •   Buscar pagar al más largo plazo posible a nuestros proveedores. Esto es imposible si hay impagados y muy      difícil si no hay seriedad y confianza, pero esto se puede conseguir.
  •  Involucrad a todos los intervinientes en las tareas, comerciales, almacenistas, administrativos, contables, etc. para que todos los esfuerzos se encaminen a minimizar el saldo de clientes y evitar la morosidad, además de controlar y aplazar, en lo posible, los pagos a proveedores y acreedores.


6.- Deshacernos de lo imprescindible, gastar lo estrictamente necesario

Hay infinidad de gastos o bienes que adquirimos y no sabemos muy bien para qué.

Tenemos que cambiar el chip y pensar muy bien que queremos comprar y que uso vamos a hacer de él, y si éste es adecuado o no a nuestras necesidades. Algunas preguntas clave que nos tenemos que hacer podrían ser

  •  ¿La compra de ésta máquina nos reportará más beneficio que el coste que representa?
  •   ¿No podríamos vender aquella máquina que compramos hace 5 años y ya no usamos?
  •  ¿El gasto que tenemos que realizar es necesario realmente?
  •   ¿Por qué tenemos tantas existencias en nuestro almacén?
  •   ¿Aquellas existencias que llevan 6 meses en el almacén sin salida no habría forma de recolocarlas en otro lugar o venderlas a un precio atractivo?
  •   ¿Es necesario que conduzcamos el mejor coche del mercado?

7.- Realizar previsiones de tesorería

Las previsiones de tesorería son la estructura fundamental, sobre la que se van anclando las distintas actividades de la empresa (inversión-desinversión, producción, ventas, compras, recursos humanos, etc.) y todas ellas conformarán las finanzas de la empresa, de ahí su importancia. De la liquidez con que contemos dependerá nuestra supervivencia.

En mi anterior post “Previsiones de tesorería” hablo extensamente de la importancia que tiene la realización de éstas previsiones y os invito a leer.

viernes, 22 de junio de 2012

Previsiones de tesorería

¿Que son?

Las previsiones de tesorería son los movimientos futuros, reales o previstos, que conformarán el flujo de entradas y salidas de dinero que experimentará la caja o cuenta bancaria, que sumadas al saldo inicial o de partida nos arrojará un saldo final o a una fecha futura, obtendremos una posición de tesorería a una fecha dada.

¿Para qué sirven?

Muchos dicen que no sirven y, por lo tanto, son una pérdida de tiempo, otros afirman que son muy importantes para su economía, de éstos, unos utilizan programas informáticos más o menos sofisticados para hacer sus previsiones y otros utilizan las hojas de cálculo “para andar por casa”.

Algunas veces hemos pensado ¿Si fuese adivino podría conocer el futuro? Una previsión de tesorería nos ayuda a aproximarnos, a entrever el futuro, por lo tanto es lo más próximo que podemos llegar a conocerlo y, si lo conocemos, podemos llegar a modificarlo, a influir sobre él.

Las previsiones en tesorería son un medio necesario para obtener diversos fines: No quedarnos en números rojos, prever si podremos atender unos pagos y cuándo, estimar cuándo se van a realizar una serie de cobros, alcanzar una visión global de nuestras finanzas, conocer cuánto endeudados estamos con los acreedores, cuánto nos deben nuestros clientes, etc. Son muchos los fines que podemos conseguir con las previsiones, por ello propongo que todos realicemos nuestras previsiones, en el hogar, en la empresa pequeña o en la grande. Las previsiones nos dicen cuándo y cuánto vamos a cobrar y a pagar y en qué situación estamos o nos podremos ver en el futuro.

Al confeccionar la previsión también nos damos cuenta de la cantidad de pagos o cobros que tenemos que atender y ello nos lleva a analizar cada uno de ellos individualmente, invitándonos a actuar sobre éstos, corrigiendolos, modificándolos o anulándolos.

Algunos ejemplos

Nos damos cuenta de que hay unos pagos que son excesivos para lo que recibimos a cambio y hablamos con el acreedor para minimizar su coste.

Nos damos cuenta de que todos los seguros los pagamos en mismo mes y hablamos con el corredor de seguros para que nos periodifique los pagos en meses distintos.

Nos damos cuenta de que nos cobran una comisión por una tarjeta de crédito que no usamos y hablamos con la entidad de crédito para que la anule.

Observamos que la suma de pagos de un período es mayor que la de ingresos, por lo que habrá que buscar una financiación o aplazamiento de pagos con suficiente antelación.

Comprobamos que en una cuenta corriente tenemos excesivos pagos y escasos ingresos, por lo que tendremos que desviar recursos desde otras cuentas o cambiar las domiciliaciones de pago a las cuentas donde existan recursos.

Nos vemos en la necesidad de solicitar un préstamo y queremos conocer el importe que necesitaremos y cuánto podemos pagar en cada período o cuando lo podremos cancelar.

Como éstos hay un sinfín de ejemplos que podría enumerar; creo que confeccionar una previsión de pagos compensa con creces el esfuerzo que hay que realizar para llevarla a cabo, ahorramos dinero, conocemos nuestra liquidez pasada (podemos hacer nuevas previsiones a partir de ella), presente (conocemos cuál es nuestra situación actual) y futura (sabemos qué compromisos tenemos adquiridos y cuándo los tenemos que atender) y sobre todo podemos anticiparnos a los acontecimientos financieros que se nos avecinan en el horizonte, pudiendo influir en ellos.

El que piense en que es una pérdida de tiempo, creo que ya no pensará lo mismo, como hemos visto sirve para aventurar el camino que seguirán nuestras finanzas y podremos tomar nuestras decisiones mucho antes de que los acontecimientos que nos sobrevengan destruyan nuestra economía.

A éstos que aún persisten en pensar lo contrario quiero decirles que, a veces, nuestro subconsciente nos juega malas pasadas y nos impide ver la realidad, bien porque nademos en la abundancia (nos sobra el dinero y para qué controlarlo ¡no se acaba nunca!) o seamos unos indigentes (no tenemos nada que controlar). No será que no queremos darnos cuenta de la realidad. ¿Quién no quiere salvaguardar su economía?

¿Cómo se realizan?

No es muy difícil realizar una previsión de tesorería basta con tener las cosas claras y los pies en el suelo. Esto se puede complicar debido al número de movimientos que tengamos, al número de bancos, de cuentas, de sociedades, etc., pero hay que ponerse manos a la obra.

Las previsiones se pueden hacer en una hoja de cálculo, pero yo recomiendo éstas para el caso de una economía doméstica o una pequeña empresa. Cuando no se tiene mucho movimiento y escasas cuentas bancarias es manejable, pero resulta farragosa cuando se van ampliando los movimientos y las cuentas bancarias. Para empresas mayores existen diversos programas en el mercado que nos ayudan considerablemente en la tarea, pueden vincularse a la contabilidad, a las cuentas bancarias y son de doble sentido, con el consiguiente ahorro de tiempo y anulación de errores, las hay muy caras y otras menos caras, también las hay de pago por uso, que son más recomendables por el coste económico que representan y porque no hay que desembolsar una gran suma para su implantación.

Realizar una previsión de tesorería conlleva conocer de primera mano la economía de la empresa y debe nutrirse de todas las áreas que componen el entramado empresarial, políticas de inversión o desinversión, ventas, compras, precios, recursos humanos, producción, financiación, etc., con la suma de todas ellas obtendremos nuestra previsión. De nuestra capacidad de gestión, de negociación y de la calidad de nuestras previsiones dependerá que ésta resulte más o menos acertada.

No hay que olvidar que una previsión es a futuro y, por ello, debe contrastarse y actualizarse conforme se vayan aproximando o materializando los acontecimientos, así nos ayudará a remodelarla y hacerla más eficiente.

Epílogo

Controlar, salvaguardar y vigilar el dinero, cuesta mucho ganar y poco gastar.

Ejemplo Previsión de tesorería

Cuadro resumen donde aparecen los acumulados de los movimientos (Cash-Flow).



lunes, 18 de junio de 2012

¿Dónde está el dinero?





En este post no voy a hablar de macroeconomía, aunque se puede extrapolar, voy a hablar de microeconomía, de la economía que nos atañe directamente a todos. No voy a hablar de cómo generar dinero, sino más bien de cómo retenerlo, rentabilizarlo o  saber qué ha sido de él.
Uno de los dichos que hay sobre el dinero dice “El dinero ni se crea ni se destruye, solo cambia de manos

Muchas veces nos preguntamos dónde ha ido a parar el dinero, lo cierto es que si ya no está es que lo hemos utilizado o no sabemos dónde lo tenemos.
En ambos casos reina el desconocimiento, lo tenemos tan repartido que no nos damos cuenta de ello, o peor, no sabemos dónde lo hemos gastado, o en qué lo hemos invertido.

En cualquier momento es imprescindible conocer en qué, para qué y dónde hemos puesto nuestro dinero, pero en estos momentos es vital; ya no fluye con alegría y, ahora, es cuestión de sobrevivir o no a la situación económica por la que atravesamos y del dinero con que contemos o seamos capaces de retener o generar dependerá hasta cuándo seremos capaces de subsistir.
Para poder sobrevivir es imperativo saber en qué nos lo hemos gastado y lo vamos a gastar o invertir, tanto nuestro dinero como el recibido prestado. Debemos conocer hasta el más mínimo detalle; de ésta forma podremos actuar, reduciendo partidas, negociando descuentos, o, simplemente, prescindiendo de lo que no sea estrictamente necesario

La mejor manera que observo, para conocer todos los detalles, es realizando previsiones, que deben ser lo más objetivas y reales posible y a un corto plazo, como máximo a un año vista y, una vez conocidas, estudiar cada una de las partidas y actuar en consecuencia.
No hay que olvidar que hay partidas que se dan regularmente cada mes, cada dos, tres, seis o doce meses y otras que son aleatorias o inesperadas. Sobre todas hay que trabajar, teniendo siempre presente el disminuirlas o eliminarlas, si se puede; también es importante comprobar, si son susceptibles de dividir, agrupar, aplazar o adelantar, según convenga.

Otros de los factores a tener en cuenta son la dispersión del dinero, errónea aplicación o desafortunada inversión. Muchas veces tenemos un número excesivo de cuentas bancarias, que lo único que produce es dispersión de capitales y gastos innecesarios; otras invertimos o gastamos el dinero en algo que, en éste momento, no es necesario, quizá más adelante, pero no ahora.
Cuántas veces hemos adquirido artículos que nos han ofrecido a un buen precio o a un largo plazo de pago y nos ha parecido interesante, sin saber exactamente si lo podíamos vender enseguida o no, o no era necesario porque teníamos una gran cantidad en stock. De ésta forma, como mínimo, nos creamos una obligación de pago, que más tarde habrá que atender.

Otras veces tenemos artículos que no tienen mucha salida o se han quedado desfasados y no le prestamos la atención que se merecen. Si conseguimos venderlos, aunque sea por debajo de su precio, cambiaremos artículos por dinero, aunque sea poco, que es lo que necesitamos conseguir, de lo contrario corremos el riesgo de obtener una pérdida, ya sea por obsolescencia o inutilidad.
Otras nos ofuscamos en cerrar un negocio con nuestro cliente sin prestar atención a la forma de cobro. Tan importante es una cosa como la otra. La gestión eficiente del cobro forma parte del propio negocio, sin ello no hay (o no debiera haber) negocio.

Como vemos hay muchos recovecos donde se puede esconder el dinero, solo he enumerado algunos, la lista podría ser interminable, por ello debemos estar siempre alerta y no basta con decir que somos ahorradores, que sabemos comprar muy barato, todo hay que demostrarlo y con los números en la mano tendremos consciencia de hasta dónde.
Cuanto más controlemos y demostremos su control mayor seguridad obtendremos, más nos durará en el bolsillo, más fácil nos resultará el tomar una decisión y mejor opinión tendrán de nosotros nuestros acreedores y por ello más fácil nos resultará negociar y obtener crédito.

martes, 12 de junio de 2012

Hola amigos, esto cuesta y más para mí, que soy un novato, un poco de paciencia. Gracias

jueves, 7 de junio de 2012

Hola amigos, este es el inicio de mi blog, dedicado a la consultoría financiera. ¡Bienvenidos!
Pronto seguirá creciendo. Poco a poco ire posteando temas, que espero os gusten.
Saludos.