viernes, 27 de julio de 2012

La prima de riesgo, esa frase tan manida




Dado el interés que últimamente está suscitando la prima de riesgo en España voy a intentar explicar su significado y en que nos afecta.

En la actividad financiera existen multitud de riesgos y la palabra ‘riesgo’ precede al tipo de riesgo al que se refiere, como ejemplo, riesgo de crédito, riesgo de entrega, riesgo de liquidez, riesgo de mercado, riesgo país, etc.

Todos sabemos lo que significa riesgo. Riesgo es la proximidad a un daño, estar expuesto a un peligro, el sometimiento a una serie de factores, que no podemos controlar y que generan incertidumbre o ventura.

Por ejemplo si hablamos de liquidez sabemos que es el dinero físico que podemos contar en un momento para hacer frente a un pago, si tenemos patrimonio pero no hay quien nos lo compre y no tenemos dinero efectivo en el banco o la caja, en el momento del pago estamos sufriendo un riesgo de liquidez. Si hablamos de riesgo de crédito sabemos que es el que corre el prestamista al prestar su dinero.

Comenzamos por describir los conceptos que conforma la prima de riesgo.

Prima es el tipo de interés, tanto por ciento o sobreprecio que está dispuesto a cobrar el prestamista por prestar su dinero y a pagar el deudor por recibir ese dinero prestado.

Bonos’ son los títulos de renta fija que emite un país para financiarse, transformándose en deudor de sus inversores, que adquieren esa deuda, pudiendo ser otros estados, empresas o particulares que la adquieren, convirtiéndose así en prestamistas del país.

Riesgo país’ cuando hablamos de riego país estamos hablando del riesgo soberano de un país. El país capta o recibe dinero por la venta de sus bonos y debe pagar un tipo de interés a los compradores. Así cuando más incertidumbre tengan éstos más alta será la ‘prima’ que paga el país por la emisión de sus bonos, o lo que es lo mismo, más alto será el tipo de interés que requerirán cobrar los compradores por la adquisición de los bonos ofertados por dicho país.

Y terminamos por su definición.

La prima de riesgo española es el sobreprecio que España debe pagar  cuando acude a los mercados financieros para obtener financiación a través de sus bonos y se mide por la diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y el bono alemán al mismo plazo y sirve de referencia a toda la Euro zona.

Resumiendo podemos decir que la prima de riesgo tiene dos indicadores, el primero, los puntos que nos separan del bono alemán y, el segundo, el tipo de interés que debe pagar el estado por la puesta en el mercado de los bonos emitidos, cuanto más puntos alcance más tipo de interés pagaremos y a la inversa, cuanto menos puntos alcance menos tipo de interés pagaremos.

Si estáis interesados en conocer la evolución de la prima de riesgo española podéis visitar 'Prima de riesgo de España' y si os gusta compararla con otros países visitar 'Prima de riesgo de los países' es un portal dedicado a la macroeconomía donde podemos obtener muchos datos agrupados.

Po todo lo indicado podemos ver en que nos afecta.

La repercusión que tiene en nuestra economía es muy importante, en primer lugar indica la credibilidad de nuestro país frente a terceros, la solidez económica, por su deuda soberana, el grado de incertidumbre y en segundo lugar el monto de intereses que debe pagar el estado y, por ende, nosotros. Como comparativa sirva de ejemplo nuestro préstamo hipotecario, siempre estamos al tanto de si sube o baja el tipo de interés, de él depende que nos quede más o menos dinero para afrontar nuestra economía.

Concluyo con la siguiente reflexión.

Si nuestro país es soberano para solicitar dinero a los mercados y para gastarlo o invertirlo, deja de ser soberano cuando no posee moneda propia y no puede crearla. Su moneda pertenece a la Euro zona, el problema radica aquí. Por ello, a los problemas que nos acucian, solo veo dos posibles soluciones. La primera, y probablemente las más costosa para nosotros, es salirnos del Euro y volver a nuestra antigua moneda (podemos ver el post titulado ¿Qué pasaría con nuestras deudas y préstamos si salimos del euro? ). La segunda, que, de una vez por todas, la Euro Zona se deje de experimentos y pase a la acción, consolidando el sistema bancario europeo y el sistema fiscal, no es coherente la existencia de un país y que no pueda crear su propia moneda, eso solo existe en la Euro Zona y así nos va. Cuando se cree nuevo dinero el problema se acabará, como hizo Estados Unidos el año pasado. Nuestro problema no es solo de España, Italia va de tras y más tarde vendrán otros países, como Francia y al final vendrá el colapso final, alcanzando hasta la propia Alemania.

sábado, 21 de julio de 2012

Sobre bancos y cuentas bancarias


¿Con cuántos bancos operamos? ¿Conocemos la cantidad de cuentas bancarias que tenemos abiertas? ¿Con cuántas tarjetas de crédito contamos?

Si al conocerlas, en la primera descubrimos un número alto en la segunda seguro será mayor. Esto, a priori, ni es bueno ni malo, todo depende de nuestro flujo de caja. Si es alto puede darse el caso de operar con más entidades financieras y no precisamente más cuentas. Si es bajo no tiene gran sentido operar con muchas entidades y, mucho menos, cuentas. Y si disponemos de muchas tarjetas o es que no tenemos dinero y recurrimos al crédito a corto plazo o estamos haciendo un gasto innecesario.

Conforme están moviéndose las comisiones cada vez son mayores y las contraprestaciones son menores. Existen comisiones por cualquier concepto, por mantenimiento de la cuenta, por descubierto, por apunte realizado, por SMS enviado, por transferencia realizada, por ingreso de cheques, por emisión de tarjetas, por retirada de efectivo en cajeros fuera de la red de la tarjeta, etc., como vemos pagamos por casi todo y, entonces, ¿Qué sentido tiene contar con muchas cuentas abiertas? Como vemos para lo único que nos sirven es para incurrir en más gasto y que seguramente no sería necesario.

Por el contrario, las contraprestaciones no son tales, el acceso al crédito está muy restringido, por no decir que imposible y encima es caro; las líneas de descuento son casi inservibles, si tu cliente aparece en alguna de las bases de morosos no puedes descontar sus efectos ¿Quién no tiene impagados?, además, los gastos e intereses por la negociación es muy alta, casi prohibitiva, muchas veces el margen de beneficio es mayor el del banco, por las comisiones e intereses que cobra, que el nuestro, por la venta que realizamos.

¿Qué debemos hacer?

Limitar las entidades financieras, las cuentas y las tarjetas de crédito a las estrictamente necesarias.

¿Cuántas son necesarias?

Como he dicho, depende del volumen de tesorería, pero seguro que con dos o tres entidades financieras, la mayoría de PYMES puede funcionar correctamente y con una cuenta bancaria por cada entidad, como máximo dos. Y referente a las tarjetas podemos hablar de una o dos, no son necesarias más tarjetas.

Un ejemplo típico en una PYME es que tuviera un banco de toda la vida, donde entraba como a su casa, donde tenía concedido un préstamo, la línea de descuento, la tarjeta, todos los pagos domiciliados, etc., pero de ‘repente’ tiene problemas con el préstamo, la línea de descuento está saturada y con un alto índice de morosidad y los cargos de la tarjeta no se pueden realizar en cuenta, porque no hay saldo suficiente para ello. Esta PYME, ante estos problemas, busca a otro banco donde prometen todo y termina con otra línea de descuento ‘la solución a sus problemas’, por la que encauza la mayoría de efectos al descuento. Error, resulta que los ingresos le vienen por el banco donde solo tiene la línea de descuento y los pagos por la primera entidad. Ya estamos con las transferencias de una cuenta a otra y con la subida de los costes en ambas líneas de descuento, más gastos.

En ésta situación no es la solución trabajar con otra entidad, la solución es atajar los problemas que tenemos internamente.

En el caso en cuestión deberemos atender el préstamo a toda costa, si no contamos con capital suficiente para hacer los pagos puntualmente deberemos negociar una ampliación del plazo, una suspensión temporal del pago de capital u otra formula que nos descongestione del importe a pagar periódicamente y todo ello, a poder ser, antes de que se produzca el problema, cualquier cosa menos entrar en mora, puesto que ello supone el cierre de toda salida. Si nuestra línea de descuento se encuentra saturada y con un índice alto de morosidad, hay que vigilar muy de cerca los vencimientos y a los clientes, no podemos tener incidencias y, si las tenemos, hay que atajarlas inmediatamente; el acudir a otra entidad, aunque al principio no nos ponga trabas, al final estaremos en la misma situación. El descuento en una entidad y los pagos en otra, tampoco es muy rentable, en todo caso derivar pagos a la primera, por donde nos entra el dinero.

Sobre la forma de atajar las incidencias en la línea de descuento hablaré en otro post, que estará dedicado, exclusivamente, a este tema.

Lo importante no es diversificar, sino concentrar, concentrar todas nuestras fuerzas, pero debemos tener fuerzas que concentrar.

Con esto me vengo a referir que nuestra empresa no solo debe ser rentable si no, además, aparentarlo, si no es así como van a apostar por nosotros, como van a entrar a formar parte de nuestro negocio, como vamos a tener fuerzas para negociar mejores condiciones. A caso nosotros apostaríamos por un negocio en el que tenemos dudas de si vamos a ganar o perder. Ser rentable no significa arrojar siempre beneficios, pero si nuestros gastos son mayores o muy similares a los ingresos a quién pretendemos engañar, nosotros somos los primeros engañados.

viernes, 13 de julio de 2012

Impacto financiero de los costes de aplazamiento



Muchas veces los departamentos comerciales no se conciencian de la importancia que tiene el coste de aplazamiento. Entiéndase por ello, bien el coste diario que nos representa mantener la mercancía en nuestro almacén sin salida al mercado, o bien, una vez facturada esa mercancía, el coste que representa cada día que pasa sin materializar su cobro. En realidad este coste abarca, desde la fecha de puesta a la venta hasta la fecha de materialización del cobro y pueden transcurrir muchos días; este es el verdadero meollo de la cuestión: los plazos y los procedimientos para minimizarlos.

Para hacernos una idea de éste coste podemos ver el cuadro, que más abajo se puede visualizar y podemos agrandar si pinchamos sobre el, en el que se expresa, en la columna de la izquierda, los días de aplazamiento, las columnas siguientes los tipos de interés a los que se están operando en el mercado (lo que nos cuesta financiarnos) y por último, en la primera línea superior derecha los Euros implicados en el supuesto (en este caso 1.000€)

Del cuadro se desprende que por cada 30 días que adelantemos el cobro de cada 1.000€ representa entre 4,17€ y 7,50€, pero si observamos la fila de los 90 días estas cifras se elevan a 12,50€ y 22,50€; todo ello a unos tipos que van desde el 5% hasta el 9% anual. Estas cantidades nos pueden parecer ridículas, pero si nuestra rotación es de 600.000€/año la cosa cambia, basta multiplicar estas cantidades por 600 (600.000/1.000) y obtendremos cifras de entre 2.502€ y 13.500€, que ya no son tan ridículas.

En estos tiempos de crisis, y en cualquier otros, en los que es fundamental el ahorro y la reducción de costes, se hace indispensable tomar en cuenta esta consideración y debemos obligarnos a buscar procedimientos o mecanismos que nos ayuden a acortar estos plazos y, sobre todo, a involucrar a los departamentos y personas implicados.


viernes, 6 de julio de 2012

Consideraciones sobre el canje de participaciones CAM/Sabadell


Con independencia de porqué hemos llegado a este momento, unos por un motivo, otros por otro y algunos ‘engañados’ lo cierto es que tenemos participaciones preferentes. El mal ya está hecho, vale más prevenir que curar, la previsión hubiera sido fácil, la cura, a estas alturas de la enfermedad, es muy difícil.

Múltiples formas de canje se están dando y seguramente vendrán otras, nos gustarán más o menos, pero no tenemos muchas salidas.

Ahora le toca el turno al Banco Sabadell, que ofrece su solución para las participaciones preferentes de la Caja de Ahorros del Mediterráneo: Compra voluntaria de los valores por un importe equivalente al 124% sobre el valor nominal (de compra) de los títulos que tengamos en la CAM.

Sin entrar a concretar fechas la operación durará desde ahora y hasta la primera quincena de agosto, aproximadamente, la oferta se divide en dos partes

La primera es el propio canje del valor nominal de compra, que representa el 100% del valor inicial, convirtiéndolo en acciones de Banco Sabadell. El  precio de cotización, para la conversión, será el mayor entre, 2,30€/acción o la media aritmética de su cotización entre los días 16 y 27 de julio. Por los valores de mercado que se están dando en la actualidad presumo que el valor que se adoptará será de 2,30€. La media aritmética de las 4 semanas anteriores fue de 1,47€ y la de las últimas 2 de 1,53€, apreciándose un ligero incremento de valor, pero muy lejos de los 2,30€, hoy, 5 de julio, a cerrado a 1,50€

La segunda parte consiste en ‘premiar’ a los antiguos clientes CAM con un 24% de rentabilidad extra, sobre el capital inicial aportado, todo ello con el fin de fidelizar o apaciguar los ánimos, últimamente tan decaídos. Este 24% se repartirá entre 4 años, lo que representará un 6% anual, y se pagará trimestralmente, siendo el pago del 1,5%. Para que el pago se realice íntegramente es necesario mantener el total de participaciones, ahora canjeadas, hasta su vencimiento. En caso de venta de parte o todas las acciones el porcentaje se abonará sobre el valor de canje por la parte de acciones que permanezca en la cartera.

Ante esta oferta podemos quedarnos como estamos, en el limbo, o tomar uno de los posibles caminos que se nos plantean y que son

Unirnos a alguna de las plataformas para pleitear contra la entidad, lo que supone anticipar más dinero a la inversión inicial y a esperar a ver cuándo se resuelve y, sobre todo, ¿cómo se resuelve? En éste caso hay que tener en cuenta dos cuestiones muy importantes, para que se de la primera pueden transcurrir 1, 2, 3, 4 años, quizá más y la segunda, nadie puede asegurarnos que ganaremos. En el caso de que ganásemos habrá que ver ¿cuánto? y añadir más gastos al pleito, por lo que ese ‘cuanto’ se nos verá mermado. En caso contrario ¿qué pasará?, ¿habremos perdido todo?, ¿merece la pena esperar tanto y con un 50% de posibilidades de perder?

La otra opción es aceptar el canje ofrecido por Banco Sabadell, probablemente no nos gustará, pero es algo tangible. Si elegimos ésta opción tenemos tres posibilidades, la primera y más radical es vender las nuevas acciones, con la consiguiente pérdida, pero habiéndonos capitalizado en parte; la segunda es, a mi juicio, la más sensata, esperar a ver que pasa con el valor de las nuevas acciones e ir vendiendo en función de nuestras necesidades y; la tercera esperar al final de los 4 años y ver si, entonces, se han revalorizado lo suficiente para obtener algún un beneficio extra.

No hay que olvidar que las acciones nuevas están sujetas al mercado y experimentan fluctuaciones en su valor, pudiendo pasar a no valer nada, si nos hundimos o a valer mucho más de lo que pagamos por ellas, todo depende de cómo evolucione la marcha de Banco Sabadell en el mercado financiero español y, sobre todo, que medidas adopte la Unión Europea, sobre la unificación monetaria y fiscal.

Para hacernos una idea voy a pasar al desarrollo un caso en sus distintas modalidades

Adquirimos, en su momento, 10 títulos de participaciones preferentes de la serie ‘B’ por un valor nominal de 6.013,30€.

Ahora su valor es 0€ y a verlas venir.

La oferta se desarrollaría así

Se abonará el 124% de los 6.013,30€, es decir 7.456,49€, en dos fases

La primera fase, durante la primera quincena de agosto, se abonará el 100% del valor inicial, esto es, 6.013,30€, que se convertirá en 2.614 acciones (6.013,30/2,30) del Banco Sabadell, que se podrán vender en el mercado, cuando nos interese y al precio que cotice en ese momento.


La segunda fase, comprendida entre la segunda quincena de agosto y hasta transcurridos 4 años, se abonará el restante 24% del valor inicial, esto es, 1.443,19€, que se liquidarán en trimestres vencidos a razón de 90,20€/trimestre (1,50%), o lo que es lo mismo 360,80€/año (6,00%). Esto si se mantienen las nuevas acciones durante todo el período. En el caso de que se fueran vendiendo se iría pagando el 1,5% trimestral sobre el valor de las acciones que permanezcan en cartera.

En el caso de que decidamos vender las acciones tan pronto nos sea posible y estimando que su valor de mercado en ese momento sea de 1,60€/acción, percibiríamos 4.182,40€, lo que nos arrojaría una pérdida de 1.830,90€ (30,45%). Si su valor fuese de 1,40€/acción la pérdida sería del 39,14%, si fuese de 1,90€ hablaríamos de una pérdida del 17,41%. Y así podemos hacer todas las suposiciones que nos interese, hasta llegado el momento estaremos en vilo.

En el caso de que no decidamos vender durante los 4 años percibiríamos los 1.443,19€ (6% anual) que hemos comentado, más el dividendo que por esas acciones nos correspondiera y que podría estar en torno al 3-4% anual, lo que representarían otros 841,86€ más, alcanzando en total, durante los cuatro años, de 2.285,05€, un 9-10% anual en total. No está mal la rentabilidad si se dan las condiciones necesarias para ello. Además, nos quedarían las 2.614 acciones al valor de mercado de entonces, que presumiblemente será superior al precio de canje.

Las afecciones fiscales que tendremos

-          Por el canje de participaciones no se tributará mientras no se vendan. 
-          Por el pago aplazado no se pagará retención pero se incluirá en nuestra base liquidable a efectos de calcular la renta, pues se trata de una ganancia, aunque se periodificará en el transcurso de los 4 años
-          Por los dividendos que percibamos se pagará la retención a cuenta de la renta que proceda.

Aclaración sobre el valor nominal de las acciones del Banco Sabadell

El valor nominal de una acción es el valor que representa una acción en el momento de su creación o emisión y nada tiene que ver con el valor de mercado, que es el que el público está dispuesto a pagar. Así tenemos que el valor nominal es de 0,125€/acción y, en el período comprendido entre el 27/06/08 y 5/07/12, el mínimo ha sido de 1,28€/acción (01/06/12), el máximo de 6,28€/acción (19/08/08) y la media aritmética es de 3,66€/acción.

En conclusión

Que llegado este momento cada uno opte por la opción que más le convenga, no hay ninguna que nos satisfaga, pero alguna habrá que elegir, yo, personalmente, optaría por el canje y permanencia hasta que me fuera posible o las condiciones del mercado financiero repuntaran, todo está en función de las necesidades que cada uno tenga, los avatares que nos depare el futuro son imprevisibles, esperemos y confiemos en que, con cuatro años por delante y a estas alturas, las condiciones mejoren con relación a hoy.

En el refranero español tenemos un sinfín de refranes que vienen muy bien, uno de ellos dice ‘pleitos tengas y los ganes’ otro ‘más vale un mal arreglo que un buen pleito’, que cada uno saque las conclusiones que crea convenientes.